”Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi
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*Meditación**”Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”* (Mateo 11.29-30)*Llevad mi yugo sobre vosotros*. Esto implica someterse a Su voluntad, entregarle el control de la vida (Ro. 12:1, 2).*y aprended de mí*. Al reconocer Su señorío sobre todas las áreas de nuestras vidas, Él nos instruye en Sus caminos.*que soy manso y humilde de corazón*. En contraste a los fariseos, que eran duros y orgullosos, el verdadero Maestro es gentil y humilde. Todos los que llevan Su yugo aprenderán a tomar el puesto más humilde.Debemos fijarnos bien en lo alentadora que es la descripción que Jesús da de sí mismo. Dice: “Soy manso y humilde de corazón”. La certeza de tal afirmación la han corroborado a menudo las experiencias de todos los santos de Dios. María y Marta en Betania, Pedro después de su caída, los discípulos después de la resurrección, Tomás después de manifestar su fría incredulidad; todos ellos gustaron “la mansedumbre y ternura de Cristo”. Este es el único lugar de la Escritura donde se menciona el “corazón” de Cristo. Es una frase que nunca deberíamos olvidar.*y hallaréis descanso para vuestras almas*. Aquí no se trata del reposo de la conciencia sino del reposo del corazón que se encuentra al tomar el puesto más humilde delante de Dios y del hombre. También es el reposo que uno experimenta en el servicio de Cristo cuando deja de tratar de ser grande.*porque mi yugo es cómodo, y mi carga ligera*. Aquí tenemos de nuevo un acusado contraste con los fariseos. Jesús dijo de ellos: «Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas» (Mt. 23:4). El yugo de Jesús es fácil; no causa rozaduras. Alguien ha sugerido que si Jesús hubiese tenido un anuncio fuera de Su taller de carpintería, habría podido decir: «Yugos bien ajustados». *Su carga es ligera*. Esto no significa que no vaya a haber problemas, pruebas o dolores en la vida cristiana. Pero sí que significa que no habremos de sobrellevarlos en solitario. Estamos enyugados con Uno que da la suficiente gracia para cada tiempo de necesidad. Servirle no es esclavitud, sino una libertad perfecta. Sin duda hay una cruz que cargar si seguimos a Cristo; sin duda hay pruebas que soportar y batallas que luchar; pero los beneficios del Evangelio compensan de sobra esa cruz. Comparado con el servicio del mundo y del pecado, comparado con el yugo de las ceremonias judías y la esclavitud de la superstición humana, el servicio de Cristo es, en el más elevado de los sentidos, fácil y ligero. Su yugo no es una carga mayor que lo que son las plumas para un ave; sus mandamientos no son gravosos; sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz (1 Juan 5:3; Proverbios 3:17).
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214 jaksoa