Fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán: 9 de Noviembre (P. Manny Rodriguez, C.Ss.R.)

The Good Word

Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús,

Les doy la bienvenida a "LA BUENA PALABRA", nuestro podcast diario donde los Misioneros Redentoristas de la Provincia de Baltimore comparten la Buena Nueva de Jesús. Soy el Padre Manuel Rodríguez, redentorista, de la Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Brooklyn, Nueva York. Hoy es sábado, 9 de noviembre y es la FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN. Celebramos también la FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN DEL SANTÍSIMO REDENTOR (LOS REDENTORSITAS) en el año 1732 por San Alfonso María de Ligorio en Scala, Italia. Hoy los redentoristas hacen presencia en 82 países por el mundo entero.

La lectura del evangelio de la fiesta de hoy, la dedicación de la Basílica de Letrán, es según San Juan, capítulo 2, versículos 13 al 22.

La Basílica de San Juan de Letrán es la catedral del Papa en Roma, y la iglesia madre de todas las iglesias católicas. No es solo un símbolo de la unidad de la Iglesia, sino también un recordatorio de que todos los templos cristianos son casas de Dios, lugares sagrados donde los fieles se encuentran con el Señor. Cómo una nota interesante, el arzobispo y rector de la Iglesia de Letrán es el p. Alfonso Amarante, redentorista.

El Evangelio de Juan Capítulo segundo, versos 13 al 22, que se proclama en esta fiesta, narra el episodio en el que Jesús echó del Templo a los vendedores. Este relato es uno de los pocos momentos en los que vemos a Jesús actuar con una cierta severidad, sin embargo el relato está cargado de un profundo mensaje espiritual.

En este pasaje, Jesús llega a Jerusalén para la Pascua y encuentra el Templo, el lugar más sagrado para el pueblo judío, convertido en un mercado. Los vendedores y cambistas habían transformado el Templo en un lugar de negocio, profanando el espacio dedicado a la oración y la comunión con Dios.

Al ver esto, Jesús toma un látigo y expulsa a los vendedores, declarando: "No hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio". Esta acción de Jesús tiene un doble significado. Por un lado, denuncia la corrupción y el abuso dentro de los espacios sagrados, recordando la importancia de preservar la santidad de los templos. Por otro lado, prefigura un cambio más profundo: Jesús es el nuevo Templo. En su cuerpo, Dios habita entre nosotros.

Cuando los judíos le preguntan qué señal puede mostrarles para justificar su acción, Jesús responde: "Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré". Ellos no entienden que Jesús se refería a su propio cuerpo, que sería destruido en la crucifixión y resucitaría al tercer día.

Mensaje para la Iglesia

La Dedicación de la Basílica de Letrán nos invita a reflexionar sobre el significado del templo, no solo como un edificio, sino como el lugar donde Dios se encuentra con su pueblo. Al igual que Jesús purificó el Templo, estamos llamados a purificar nuestra relación con Dios y con los demás.

En este día, pidamos al Señor la gracia de mantener siempre puro el templo de nuestro corazón y de nuestras comunidades, para que, en todo momento y lugar, seamos signos vivos de la presencia de Dios en el mundo.

Rezamos también hoy pidiendo la continua bendición de Dios sobre la Congregación del Santísimo Redentor para que los Redentoristas en los 82 países en los cuales hacemos presencia, podamos continuar la obra de anunciar la Buena Nueva de Redención a todos los hijos (as) de Dios.

Que el Redentor nos bendiga a todos.